El rescate y preservación de la flor nacional de la Monja Blanca es una prioridad para Horcalsa

Existen más de 35,000 especies de orquídeas en el mundo y Guatemala cuenta con una de las más hermosas, la cual se ha denominado la Monja Blanca, que se ha posicionado como una de las bellas y singulares a nivel mundial. 
Las orquídeas son plantas de la familia Orchidaceae, presentan una gran relevancia y admiración gracias a la particularidad de sus flores y por su interacción ecológica con los agentes polinizadores y los hongos benéficos del suelo, formando simbiosis micorrizicas y en esta ocasión HORCALSA se ha constituido como un aliado que está priorizando su rescate, conservación y cuidado, de la mano de expertos botánicos en los bosques de Alta Verapaz. 

Las orquídeas presentan una gran relevancia y admiración gracias a la particularidad de sus flores y por su interacción ecológica con los agentes polinizadores y los hongos benéficos del suelo en donde forman procesos simbióticos. Se consideran los seres más evolucionados del reino vegetal.

La reproducción de la Monja Blanca no es fácil, indica el doctor Fredy Archila, ingeniero agrónomo y botánico, dado que para lograr la germinación de las semillas se requiere alianza de un hongo benéfico en simbiosis con la raíz de un árbol.
El proceso de reproducción de la Monja Blanca inicia con la recolección de semillas de su especie, las cuales se cultivan utilizando frascos en ambientes controlados fuera de un organismo vivo, que luego son colocados en incubadoras para asegurar la humedad y temperatura adecuada para la fecundación.  Tras este importante proceso, se debe otorgar el tiempo de adaptación. 

Las orquídeas se extraen de los frascos y se colocan en macetas colectivas, para luego realizar la siembra en los maceteros; éstos se desinfectan mediante la aplicación de “lechada de cal HORCALSA”, para eliminar agentes dañinos, fundamentalmente por las bacterias que puedan afectar el adecuado desarrollo y adaptación de las orquídeas. 

Realizado el proceso de desinfección, se realiza la siembra y se trasladan a invernaderos donde nuevamente sobre el sustrato se aplica cal Horcalsa para evitar la incidencia de insectos, gusanos y hongos dañinos; adicional, la cal sirve para equilibrar el pH del medio, mejorar la textura y estructura del suelo, permitiendo una mejor retención de agua y oxigenación del sustrato, así como aportar calcio, uno de los nutrientes más importantes para las plantas.
Durante la adaptación y desarrollo de las orquídeas en los maceteros colectivos, que es de aproximadamente dos años, se aplica cal sobre el sustrato cada 6 meses, por las razones anteriormente mencionadas.; trascurrido  este tiempo, se trasladan a macetas individuales donde se permite el desarrollo individual de cada orquídea  y se preparan para su traslado al bosque, manteniendo las aplicaciones de cal en el sustrato, adicional se realizan aplicaciones foliares por aspersión con una solución diluida a base de cal HORCALSA, para proteger follaje y tallo por ataque de insectos, gusanos o agentes microscópicos que se mueven en el aire.
De esta forma, Cal Horcalsa apoya decididamente la conservación de la flor nacional, en los bosques nubosos de las Verapaces, territorio de donde es originaria en Guatemala.

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